Pensar que hasta hace pocos años atrás, en la 2da. mañana de Radio Mitre, Néstor Ibarra se lucía con un uso cuidado del lenguaje y administración del micrófono como pocos, para deleite de los oyentes que, masivamente, lo distinguían y admiraban como un “señor” en el dial y del periodismo.
De aquél Ibarra a este Chiche hay un abismo tan grande que solo las carencias que ofrece el medio y sus directivos pueden haber llegado a proponerle a la audiencia de la otrora radio líder de Grupo Clarín tan tajante cambio de gusto, o de disgusto.
El reemplazo de Oscar González Oro por Beto Casella es un salto delicado que produce Daniel Hadad, tal vez siguiendo su olfato, pero sin red.
González Oro está en las antípodas ideológicas de Beto Casella, un giro de timón violento para una radio que más allá de lo acomodaticio de su dueño, siempre sonó con un perfil de centro derecha y nada progresista como se muestra el conductor ‘Bendita TV’.
Tampoco González Oro, si bien se le acercó mucho Chiche, dejó de ser el líder de su tramo horario como para sacarlo de su programa y ponerlo en un intrascendente segmento nocturno. Además, Radio 10 es líder de la AM por una abultada diferencia sobre Mitre y aunque Chiche igualara o pasara a Oro, La 10 seguiría siendo 1era.
Por otra parte, Casella es 1ero. en audiencia en FM pero esta es una banda radial con un público que acepta un decir absolutamente diferente al de la AM. La diferencia estriba básicamente en la edad de la audiencia de cada una de ellas.
Los oyentes de AM tienen un comportamiento similar al de la gráfica y su migración no es nada fácil. Se acostumbran a un conductor pero también a una radio. Responden con fidelidad, actitud nada similar al del transeúnte oyente de la FM.
Qué 2 conductores de radio AM se peleen como vedettongas, al mejor estilo del programa de Marcelo Tinelli, resulta por adelantado un cachetazo a la ortodoxia tradicional de la AM.
FUENTE: U24
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